La ridícula idea de no volver a verte

Hoy me gustaría hablar de una novela que me ha “atrapado” durante esta semana. Se trata de la maravillosa obra de Rosa Montero, La ridícula idea de no volver a verte.
Siempre me han gustado las biografías, sobre todo aquellas de grandes mujeres que, en un mundo de hombres, han logrado luchar, sobresalir, dejar huella e incluso callar muchas bocas. Ese tipo de historias me hacen reflexionar, al mismo tiempo que me impulsan a moverme, me hacen sentir capaz de y cambiar el mundo yo también. Lástima que esta sensación desaparezca poco a poco al volver a sumergirse en la tan odiada rutina. Pero por esta misma razón son tan necesarias este tipo de historias, para reactivarse, espabilarse.
Sin embargo, la obra de Rosa Montero va mucho más allá. Narra la vida de la gran Marie Curie, una mujer adelantada a su tiempo, que sufrió mucho, pero jamás tiró la toalla. No obstante, gracias a la cercanía que logra Montero en su narración, Marie Curie no se nos presenta como una diosa de las ciencias, una mujer todoterreno invencible. Bueno, un poco sí. Pero porque en parte fue así su existencia. Sin embargo Marie también amó, mucho, con locura. Sufrió la terrible muerte de su marido, al tener que ejercer de madre, hija y esposa al mismo tiempo que trabajaba sobre uno de los descubrimientos científicos más importantes de su época: el radio. Se mantuvo siempre en un segundo plano para no herir la virilidad de su querido Pierre, incluso en el momento en el que le ofrecieron a ambos el premio Nobel (únicamente Pierre Curie salió a recogerlo, eso sí, mencionando a sus esposa en su discurso, otorgándole parte del premio).
Todos estos datos (y muchos más) los vamos descubriendo de la mano de la autora, que crea una biografía poco convencional de la famosa científica. Se trata de un texto muy familiar, en el que vamos analizando la vida de Curie de la mano de Rosa Montero, quien combina extractos del diario original de Curie con sus propias reflexiones y suposiciones, haciéndola más humana. Al mismo tiempo, Montero establece un paralelismo entre la relación de Marie y Pierre con su propia historia de amor con su marido Pablo, quien al igual que Pierre Curie, se fue de forma totalmente inesperada. A pesar de que ella trata su propia historia desde una perspectiva más distanciada, su voz se mantiene muy cercana: se siente identificada con Marie en muchos aspectos, la comprende y la respeta. Y aunque todo esto suene a drama, Rosa Montero logra mantener a lo largo de su manuscrito un tono muy natural, cómico y familiar. Me gusta especialmente la naturalidad que emplea para hablar de la muerte, que como bien dice ella, sigue siendo tabú en nuestra sociedad. Sin embargo, a mi me abrió lo ojos, me hizo ver esa “belleza” que ella encuentra en su situación, sin olvidar que el dolor es intenso, constante e indescriptible.
Es por esto que esta pequeña historia es tan completa: con la vida de Marie Curie como eje central, la autora nos hace reflexionar con ella acerca del amor, de la muerte, de la dureza de la vida, del feminismo y otros muchos temas que enlazan dos siglos, dos historias aparentemente diferentes pero que, hurgando un poco, guardan muchas cosas en común.

Y es que, como se insiste en la obra, la(s) vida(s) y la historia están llenas de extrañas pero maravillosas #Coincidencias.


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